un grupo de alumnas sentadas en el suelo en la entrada de un Instituto

El curso escolar acaba de comenzar en España en unas aulas que emiten múltiples señales de alarma. Las plantillas de profesores y numerosas instalaciones escolares están pendientes de renovación tras años de recortes, existe una temporalidad laboral elevada, el modelo de formación de los docentes y los currículos escolares están cuestionados, los centros deben lidiar con problemas sociales sin disponer de los recursos necesarios para ello y persiste la ausencia de un gran pacto educativo que dé una ley estable al sistema.

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Cuál es la mayor urgencia de nuestro sistema educativo? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

«Necesitamos asistentes sociales en los centros educativos»

Una de las urgencias de nuestro sistema educativo es la presencia de un orientador a tiempo completo y la figura de un mediador familiar o asistente social. Son muchísimos los casos de alumnos cuyas mayores carencias son la falta de estructuración familiar. A menudo las familias tampoco saben cómo afrontar algunos trastornos de conducta que tanto están aumentando en las aulas.

Creo que teniendo estos profesionales dentro de los centros educativos disminuiría considerablemente la, a mi juicio, exagerada medicación que se receta para el alumnado con déficit de atención e hiperactividad. Los niños emocionalmente bloqueados, no están preparados para aprender.

MARÍA JÁVEGA DE ISLA | Maestra de Primaria, Sevilla.

«Existe una brecha educativa entre comunidades»

La falta de configuración de un gobierno estable y la parálisis institucional que afecta a la situación política no ayuda a dar respuesta a los retos pendientes que hay que afrontar, urgentemente, en nuestro sistema educativo. ANPE, como viene haciendo hasta ahora, continuará insistiendo en la necesidad de lograr un acuerdo básico que permita la estabilidad normativa necesaria para alcanzar mejoras reales y efectivas, que pasan por la financiación, alcanzando el 5% del PIB, por la introducción de cambios en la estructura y el modelo del sistema educativo que afecten al diseño curricular, a la flexibilización de la secundaria y a la creación de un bachillerato de tres cursos, junto con el desarrollo e impulso, de la Formación Profesional, tanto la reglada como la dual.

La regulación de un marco competencial básico en el que estén perfectamente definidas las atribuciones del Estado y de las comunidades autónomas es vital, ya que cada vez es mayor la desvertebración educativa que, no solo, se manifiesta en los contenidos de los libros de textos, sino en la propia distribución curricular, en la elaboración y aplicación de las pruebas de evaluación y en otros aspectos de la gestión de la educación, que se traducen luego en la brecha educativa entre unas comunidades y otras, como nos muestran los resultados de los informes internacionales.

Todo ello atenta, claramente, contra la cohesión territorial y el principio de igualdad de oportunidades. Y el profesorado no es ajeno a esta situación, con las diferencias retributivas entre comunidades y otras cuestiones que afectan al derecho a la movilidad y a las propias condiciones de acceso, pese a pertenecer a cuerpos de carácter estatal.

Entre estos retos, es prioritario abordar la situación del profesorado y su futuro profesional en una doble vertiente: una Ley de la Profesión Docente, que regule las condiciones del ejercicio de la docencia, y un Estatuto para la Función Docente, que defina cómo atraer y seleccionar a los mejores profesores a las aulas, cómo formarlos y cómo regular una carrera profesional atractiva y motivadora para el desempeño de su función, desde el ingreso hasta la jubilación. Todos estos cambios son fundamentales para llevar adelante la reforma global y profunda que necesita la educación en España, para resolver los problemas del fracaso y abandono escolares, mejorar los rendimientos educativos de todo el alumnado e impulsar y prestigiar, como merece, la enseñanza pública.

NICOLÁS FERNANDEZ GUISADO | Presidente nacional de ANPE

«El único modo de afrontar las dificultades de aprendizaje son las ratios bajas»

Tras 34 años de docencia, creo que una de las claves del éxito de la enseñanza se encuentra en las bajas ratios escolares, en los grupos pequeños. Siempre lo he creído y la experiencia como profesora de los antiguos grupos de diversificación, actuales PMAR (Programa de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento) me lo ha confirmado. Es el único modo de garantizar enseñanza personalizada y afrontar dificultades variadas de aprendizaje. Pero requiere de más y mejores recursos y, por tanto, de financiación. Y no olvidaría la mejora de la función docente, especialmente el aumento de las plantillas, su formación permanente y un sistema de acceso más eficaz y justo. Pero esto también requiere más financiación. Así que, bajas ratios para grupos pequeños de enseñanza personalizada y diversa, mejora de la función docente, en acceso y formación, y financiación necesaria para ello. Siempre han sido asignaturas pendientes.

MAR FERNÁNDEZ | Profesora, Madrid.

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