Moha Gerehou

La suya sería una historia habitual, «sin nada de glamour», asegura. Nació en una capital de provincia aragonesa, creció en una familia humilde, cuidó de sus hermanos cuando sus padres tenían que trabajar, marchó a Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense gracias a las becas públicas y acabó trabajando en Eldiario.es. Solo había un detalle que lo hizo todo diferente, incluso el entenderse a sí mismo. Moha Gerehou (Huesca, 1992) es un español hijo de migrantes gambianos. También es una de las jóvenes voces del activismo antirracista, fue presidente de SOS Racismo Madrid e impulsó la primera marcha antirracista en 2017, una cita que sigue vigente. Ahora ha decidido contar de forma didáctica el proceso que atraviesa un niño que descubre que ser negro en un mundo de blancos tiene serias implicaciones. Qué hace un negro como tú en un sitio como este (Penísula) no es solo una recopilación de anécdotas ni un ensayo ni unas memorias. Es todo a la vez, pero sobre todo, es un manual básico para extirpar el racismo de la sociedad que debería leerse en los institutos españoles.

Ese título, más que una pregunta retórica, es la traducción de otra pregunta muy habitual en su vida.

Sí. Cuando la gente me preguntaba de dónde soy, al final notaba que lo que realmente querían preguntar era otra cosa. Cuando respondía que era de Huesca detectaba que, en realidad, lo que quieren preguntar es cómo es posible que una persona negra sea de Huesca. Pasa muy a menudo. Es parecido a cuando voy con mi pareja a un restaurante y los camareros me hablan en inglés porque no consideran que dos personas negras puedan ser españolas. Luego descubrí que hay una canción de La Movida madrileña que se titula muy parecido, pero no lo sabía cuándo puse el título. Me pareció perfecto. [risas]

Creció con África en casa y con Europa en la calle, ¿cómo encajó eso en su desarrollo?

Es muy curioso. Creces sintiendo que no eres de ninguna parte. De primeras, nadie considera que eres de Huesca. Piensan que eres de Nigeria, de EEUU, de Colombia, pero no español. Eso te hace sentir una lejanía, que no perteneces a ese lugar. Y crecer con África en casa significaba vivir con una serie de costumbres que durante mucho tiempo entendí que eran opuestas a lo que vivía fuera. Como comer todos de un mismo bol o que mi madre comiera con las manos cuando lo normal era usar cubiertos y tener varios platos y postre. Me costó crecer con eso, como si tuviera que elegir entre varias identidades, hasta que me di cuenta de que todas forman parte de mí y que no tienen por qué entrar en disputa. Es cuando empiezas a sentirte mejor contigo mismo.

Asegura que llegó a odiarse por ser negro hasta que entendió la razón de ese sentimiento, ¿cómo puede suceder esto?

Es normal odiarte por ser negro cuando solo recibes estereotipos y prejuicios negativos por tu color de piel. Crecemos aprendiendo que el color negro es sinónimo de incivilización, de criminalidad, de suciedad. Y a la vez, no tenemos referentes que nos hagan ver que ese color de piel es algo positivo. Cuando en tu vida empiezas a enfrentarte a situaciones desagradables por ser negro es normal que pienses que si pudieras cambiarte el color de la piel no tendrías problemas. Nadie me llamaría negro de mierda en un partido fútbol si fuera blanco. Acabas aprendiendo que no es tu culpa, que en realidad, la culpa es de quien ve algo negativo en que seas negro. Por eso son importantes las iniciativas que hablan de la belleza negra, entre otras cosas.

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