Estudiantes de la Autónoma de Barcelona

Para lograr entrar en el doble grado de Matemáticas y Físicas de la Universidad Complutense de Madrid hay que rozar la perfección no solo en el expediente del bachillerato ―por descontado una matrícula de honor―, sino también en la prueba de acceso EVAU. Su éxito no solo responde a la enorme demanda del mercado en informática, banca, telecomunicaciones o consultoría ―los estudiantes encuentran trabajo antes de terminar―, sino a que la oferta de plazas es muy pequeña y eso encarece obtener un puesto en clase. No solo ocurre en la Complutense, donde se ofrecen 25 plazas y el pasado curso el último que entró lo hizo con una media de 13,875 sobre 14, una nota al alcance de pocos. De las diez carreras con el acceso más complicado de España, siete tienen matemáticas en su título: Matemáticas y Física en las universidades Complutense, Granada, Valencia, Santiago y Sevilla; e Ingeniería Informática y Matemáticas en la Complutense y la Autónoma de Madrid. Su éxito es tal que cada vez más campus incluyen estas carreras, en muchos casos dobles, en su catálogo de titulaciones.

Previsiblemente, este junio no van a subir mucho las notas de corte, porque no accederán al examen tantos estudiantes: en este curso no está previsto que se evalúe con manga ancha como ocurrió el pasado curso en plena pandemia. La calificación mínima de acceso a la Universidad aumentó en siete de cada 10 carreras. Y casi un centenar de titulaciones ―de un total de 3.200 en el catálogo de las universidades públicas y sus centros adscritos― estuvo por encima del 13.

¿Por qué ese éxito de las matemáticas en las aulas cuando hace una década quedaban plazas sin cubrir? Entre 2000 y 2005 se redujeron en un 43% las matrículas en Matemáticas, pero todo ha cambiado. Ángela Capel, Jesús Ocáriz, Roi Naveiro y Patricia Contreras, estudiantes predoctorales y fundadores de la red Bringing Young Mathematicians Together, reflexionaron sobre el fenómeno en EL PAÍS. “Los matemáticos tienen la capacidad de resolver problemas ―aunque no estén relacionados directamente con su ámbito de trabajo― y esta cualidad es precisamente una de las más valoradas en el ámbito laboral”, consideraron. “Además, estamos viviendo una cuarta revolución industrial, la de internet y las tecnologías de la información, en la que las matemáticas son clave”.

Aunque no son todo buenas noticias en el campo de las matemáticas mezcladas con otra disciplina. Son unos estudios muy exigentes. La tasa de abandono en Matemáticas y Física se situó el curso pasado en un 29% en la Complutense, y apenas el 57% se graduó en el año que le correspondía.

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