El mundo asiste a una oleada de conflictos violentos paralela a un aumento alarmante de la discriminación, el racismo, la xenofobia y la incitación al odio. En nuestro país también está creciendo un discurso político que, unido a una regresión en las políticas sociales, está fomentando la intolerancia y el racismo, además de dañar la convivencia democrática. Un compromiso activo con la paz es hoy más urgente que nunca.

Este compromiso debe ir más allá de las medidas de seguridad y defensa para lograr prevenir o detener los conflictos, ya que la paz no empieza donde termina la violencia. Mantener la paz requiere bases sólidas de gobernanza inclusiva, democrática y participativa, del diálogo, la solidaridad, el entendimiento mutuo y la cooperación, del desarrollo sostenible, la igualdad de género y la realización general de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La educación desempeña un papel clave en este empeño.

El aprendizaje para la paz debe ser transformador y contribuir a dotar a los alumnos de los conocimientos, valores, actitudes, competencias y comportamientos necesarios para convertirse en agentes de paz en sus comunidades.

La UNESCO dedica este año el Día Internacional de la Educación al papel crucial que desempeñan la educación y los docentes en la lucha contra el discurso del odio.

En el Día Internacional de la Educación 2024 desde UGT proponemos:

• Reclamar a las Administraciones central y autonómica que mantengan la educación en lo más alto de sus agendas políticas y también que España cumpla sus compromisos de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación y la agenda Educación 2030.
• Generar visibilidad a escala local e internacional acerca de la importancia de la educación en el refuerzo y la preservación de la paz, como se indica en la meta 4.7 del ODS 4, así como otros esfuerzos en materia de educación en el plano mundial.
• Promover mayores niveles de financiación de la educación en general, y de la educación para la paz en particular, con un suelo mínimo nunca por debajo del 5% del PIB.
• Destacar y celebrar el papel pacificador de jóvenes y educadores en y mediante la educación encaminada a construir sociedades justas, inclusivas y pacíficas.
• Proporcionar y apoyar la creación de plataformas donde debatir las prioridades y los desafíos de la educación para la paz en contextos de crisis y conflictos mundiales cada vez más prolongados.
• Congregar a las personas influyentes y a la sociedad civil en general para impulsar un movimiento destinado a situar a la educación en el centro de los esfuerzos locales, nacionales, regionales y mundiales de consolidación de la paz.
• Sensibilizar sobre los enfoques eficaces de la educación para la paz y movilizar el compromiso para su aplicación.
• Desterrar el discurso del odio y la xenofobia y promover la educación en valores como herramienta para la construcción de una sociedad solidaria y tolerante incluyendo en la misma la igualdad de género y entre todos los seres humanos, el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTBI y el respeto a la libertad de conciencia